El uso de aplicaciones que facilitan la comunicación es imparable. Hace algunos años que Skype revolucionó la forma de comunicarnos usando Internet sin tener que pagar coste alguno. Messenger revolucionó la forma de comunicación: instantánea, con fotos o emoticonos... La irrupción masiva de las redes sociales cambió el panorama definitivamente al difundir nuestro mensaje a cientos o miles de personas... Facebook, Tuenti o Twitter enterraron el Messenger... parecÃa que nada podÃa inventarse hasta que llegó el WhatsApp, con sus emuladores Line o Wechat. Comunicación inmediata, instantánea, gratuita. Con un smartphone en la mano, las posibilidades son ilimitadas. Hasta ahà todo bien.
Cuando usamos las aplicaciones para fines distintos a los previstos
Pero, ¿qué ocurre cuando se usan las aplicaciones para fines distintos a los previstos? Hoy quiero hablar del mal uso del WhatsApp entre los adolescentes que no tiene privacidad alguna o se usa como instrumento de control. También hablaré de Snapchat, la herramienta preferida del sexting, asà como de la red social Ask.fm que ha protagonizado este verano un caso de suicido en Inglaterra. No estamos ante hechos aislados sino que cada dÃa hay más casos de jóvenes acosados a través de redes sociales o aplicaciones de comunicación. El hecho de que la mayorÃa de estas aplicaciones de usen desde los teléfonos inteligentes, los smartphones, hacen que sea imposible por parte de los adultos saber cómo las usan los menores. No nos queda otra que enseñarlas a usar correctamente.
WhatsApp y el control
Muchos de los que estáis leyendo este artÃculo tenéis WhatsApp. Es estupendo enviar un mensaje breve a las personas que queremos. Podemos decirle dónde estamos, enviarle una foto, quedar... como la aplicación incorpora un sistema que avisa cuando el mensaje es recibido en el teléfono, el famoso doble check pensamos que la persona lo ha leÃdo y ahà llegan los problemas. Realmente, el doble check no significa que se haya leÃdo el mensaje. Entre menores, este sistema de aviso, que se puede desactivar, está siendo usado como instrumento de control para saber si la otra persona recibe tu mensaje cuando tú quieres.
He visto que te ha llegado mi mensaje, ¿por qué no contestas?
Si en tu estado pone que estás en lÃnea, ¿por qué no respondes mis mensajes?
Cuando llegues a tal sitio, me pones un WhatsApp
DÃa a dÃa compruebo en mi entorno socioeconómico, como los adolescentes, especialmente los chicos, utilizan el WhatsApp como instrumento de control hacia las chicas, como expresión de la cultura machista que perdura en nuestra sociedad. Definitivamente, si alguien te controla, no te quiere como les cuento a mis alumnos y ese mensaje debemos transmitirlo tanto educadores como padres. Os recomiendo un blog sobre el tema: Mi novio me controla lo normal de Ianire Estébanez centrado en la prevención de la violencia de género en adolescentes.
WhatsApp y el acoso
Por otro lado, en WhatsApp no hay privacidad alguna. Cualquiera puede acceder a número de teléfono móvil e incorporarte a su WhatsApp, si bien puedes bloquearlo después. Si usas iPhone, sigue este tutorial para el bloqueo de un contacto. Si usas Android este otro. Si usas Windows Phone éste y, finalmente, si usas Balckberry éste.
El uso comunicativo que hacemos del WhatsApp desaparece cuando se ha convertido en una de las herramientas preferidas para el acoso. Tenemos multitud de noticias al respecto, con estudios incluidos y detenciones de adolescentes implicados en la difusión de imágenes a través del WhatsApp. No me cansaré de repetirlo, la mejor prevención para evitar que usen tus imágenes, es no subirlas.
Qué decir de los grupos, en los que eres incluido sin permiso alguno y bombardeado de forma constante con los mensajes. A posteriori, puedes abandonar el grupo pero tu número de teléfono habrá llegado a todos los integrantes del mismo sin tu permiso... ¿cómo controlar esto? No se puede. Todos los contenidos que se suben a WhatsApp viajan sin control por aquà y por allÃ, de forma que se ha convertido en una de las herramientas más usadas por los adolescentes para practicar ciberbullying o sexting. Lo mismo podrÃamos hablar de Line y Webchat.
Hace muy pocos meses que los de WhatsApp anunciaron que se envÃan 27.000 millones de mensajes diarios haciendo imposible cualquier planteamiento sobre la privacidad que no sea el de no facilitar tu móvil a nadie y el de usar el sentido común.
Snapchat, la moda del sexting
Está de moda hacerse fotos de contenido erótico o sexual y compartirlas con el móvil. Es una moda que practican cada vez más adolescentes y jóvenes. El problema llega con la falta de privacidad de esos contenidos que pueden acabar en manos de cualquiera. Eso es lo que ocurre con WhatsApp, Line o Wechat, por eso la aplicación Snapchat se ha convertido en la herramienta estrella entre adolescentes para practicar el sexting, esto es, el envÃo de mensajes de contenido sexual. Esta aplicación permite al destinatario recibir el mensaje sólo por un perÃodo controlado de tiempo, después del cual desaparecerá. Naturalmente, existen muchas formas de saltarse esta restricción que no voy a comentar, siendo la captura de pantalla la más habitual. En ese caso, Sanpchat envÃa un mensaje al emisor advirtiéndole quién ha hecho la captura en su móvil.
Imagen: Snapchat
Curiosamente, la filosofÃa de Snapchat al compartir momentos inolvidables se ve totalmente truncada con un uso social completamente distinto al pretendido al diseñar la aplicación. Haced una búsqueda en Google para comprobarlo.
Ask.fm
La red social Ask.fm de preguntas y respuestas permiten a usuarios anónimos preguntarte acerca de cualquier cosa o, ser utilizada como herramienta de ciber acoso. Asà le ha pasado a Hannah Smith que se suicidó a principios de agosto por no poder soportar la presión del ciberacoso. La indignación en Inglaterra por este hecho fue tal que la red social anunció que cambiaba las normas de privacidad de la misma. Demasiado tarde.
Reflexiones finales
Datos de la guÃa sobre adolescencia y sexting, elaborada por la iniciativa Pantallas Amigas y el Instituto Nacional de TecnologÃas de la Comunicación (INTECO), ponen las cifras al asunto. Hasta un 8,1 % de los jóvenes españoles de entre 10 y 16 años reconoce haber recibido en su teléfono fotos o vÃdeos de chicos o chicas conocidos en una postura ‘sexy’. Además, un 4% reconoce haber protagonizado ese tipo de imágenes.
El ciberbullying va en aumento y sólo la educación en la Escuela y en la familia hará posible cambiar la tendencia. Usemos las webs especializadas como Pantallas Amigas para prevenir y educar. Lo demás llegará siempre demasiado tarde.
Los móviles se usan cada vez a una edad más temprana, algo que es inevitable. El teléfono o las apps no son malas en sà mismas, son el uso que hagamos de ellas.
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