Fue en el año 1812 cuando los hermanos Grimm publicaron el primer volumen de Cuentos para la infancia y el hogar. Por ese motivo, se celebra ahora el segundo centenario de su edición, al menos en los lugares donde esos cuentos dejaron su huella. La contribución de los hermanos Grimm al imaginario popular y a los cuentos tradicionales es innegable. En el origen de las historias siempre estará la memoria de su nombre: Blancanieves, La Cenicienta, Pulgarcito, Caperucita Roja o Hänsel y Gretel. Pero también Rapunzel, Las tres lenguas, El sastrecillo valiente, Los músicos de Bremen…
En este sitio, los cuentos populares nunca han sido abandonados por los contenidos más tecnológicos. Pues si aquà se trata, sobre todo, de la educación y de los procesos de aprendizaje mediante el uso de las TIC (tecnologÃas de la información), los cuentos también forman parte de ese mundo. Y se hallan, incluso, en herramientas tan actuales como el iPad. Por eso, nos gusta reconocernos, mientras descubrimos de nuevo a Jacob y Wilhelm Grimm, en algunas entradas anteriores:
Aunque un poco antes de publicar esos posts, ya se editara otro acerca de estos relatos y otros blogueros: Los cuentos de Grimm, reseteados. Como lo que se cuenta en este último post sucedió hace ya tres años, que el tiempo pasa, es una alegrÃa saber que en su 200 aniversario los hermanos Grimm no permanecerán en el olvido. Al menos no será asà en el denominado Project Grimm 2012, un espacio en Facebook donde se quiere celebrar este centenario. Una de sus iniciativas consiste en contar cuentos del repertorio Grimm, que cada participante graba en vÃdeo y sube a un blog. Puesto que se trata de un proyecto de carácter europeo, son varios los idiomas del continente que usan los narradores, entre ellos el castellano y el catalán.
¿Quieres oÃr algunos de esos relatos? Ahora tienes la oportunidad. Y ten en cuenta que escuchamos historias para comprender a los demás, para aprender de nuestras relaciones. Las historias son una manera importante de recordar y aprender cosas. A menudo son el vehÃculo mediante el cual se manifiestan nuestras identidades y la pertenencia a diferentes grupos. Es una evidencia que gran parte del conocimiento de una sociedad se encuentra en sus historias…
Rapunzel, o Verdezuela: HabÃa una vez un hombre y una mujer que vivÃan solos y desconsolados por no tener hijos, hasta que, por fin, la mujer concibió la esperanza de que Dios Nuestro Señor se disponÃa a satisfacer su anhelo…
Las tres lenguas: En Suiza vivÃa una vez un viejo conde que tenÃa sólo un hijo, que era tonto de remate e incapaz de aprender nada. DÃjole el padre:
- Mira, hijo: por mucho que me esfuerzo, no logro meterte nada en la cabeza. Tendrás que marcharte de casa; te confiaré a un famoso maestro; a ver si él es más afortunado…
El sastrecillo valiente: No hace mucho tiempo que existÃa un humilde sastrecillo que se ganaba la vida trabajando con sus hilos y su costura, sentado sobre su mesa, junto a la ventana; risueño y de buen humor, se habÃa puesto a coser a todo trapo…
Los músicos de Bremen: TenÃa un hombre un asno que durante largos años habÃa transportado incansablemente los sacos al molino; pero al cabo vinieron a faltarle las fuerzas, y cada dÃa se iba haciendo más inútil para el trabajo…
En el origen de las historias, también en las recogidas por los hermanos Grimm, se encuentran elementos clave de la inteligencia, de la cooperación, del ansia de búsqueda, de la adopción de decisiones, y la comprensión de que también otros tienen creencias y su propia autoestima. Por eso, en nuestra evolución la narración de historias nos hizo más fuertes y más eficaces como especie. De hecho, una historia es "una cosa que hace" más que "una cosa que es". Es una herramienta con la utilidad de medir, no solamente un objeto de admiración estética.
Entre las posibilidades más interesantes que ofrecen los cuentos y las historias, y que pueden ser medidas, están las siguientes:
Tal vez las modernas sociedades utilicen cada vez más los nuevos formatos del libro. Quizás algunas cosas avanzan con tanta rapidez que ya ni somos capaces de percibir los cambios que sin duda están llegando. En cualquier caso, las historias y los cuentos aun mantienen su lugar en la imaginación y el aprendizaje, y por eso también en la revolución digital…