¿Que pasa cuando
una madre desconecta a sus hijos adolescentes durante 6
meses? En EducaconTIC pensamos que la incorporación en ámbitos educativos y personales, de la tecnología en general e Internet en particular resulta beneficioso , en la mayoría de los casos. A pesar de ello, no está nada mal intentar provocar reflexión e incluso debate, en torno a estas cuestiones. Hoy os traemos un experimento de "desconexión" total que cuando menos es sorprendente.
En Malaysia, y en general en todo sudeste asiático, los adolescentes van todo el día conectados a celulares con acceso directo a Facebook y otras redes y teclado qwerty físico para escribir más rápido. Los terminales son sencillos y de bajo coste, como los que se empiezan a introducir ahora en Europa, y la conexión de datos alrededor de los 0,0125€ por Mb.
En este contexto de hiperconectividad, el periódico The Star de Kuala Lumpur se
hacía eco de una noticia en la que relataba el experimento mediante el cual, una madre, "desconectaba" a sus hijos durante seis meses de casi todo.
Susan Maushart, separada y con tres hijos de 14,15 y 18 años decidió experimentar durante 6 meses vivir, sus hijos y ella, sin tecnología (ni internet, ni televisión, ni teléfono móvil, etc.).
Do not disconnet en Flickr por Mylla bajo CC
La
experiencia la recoge en el libro The winter of our disconnect.
En él, se detallan algunas de las situaciones vividas, destacando
que todos ellos redescubrieron pequeños placeres como los juegos de
mesa, libros, hacer el ganso los domingos, revisar fotos antiguas,
almuerzos familiares o escuchar música juntos en vez de cada uno con
su iPod. El experimento, permitía el uso de tics fuera de casa.
Por
ejemplo, el hijo mayor dedicó ese tiempo a tocar el saxofón, hasta
el punto que pasados los 6 meses, vendió su videoconsola y se apuntó
a las asignaturas de música del instituto.
La hija de 15, a
quien ya le encantaba leer, no tuvo tantos problemas.
La hija
de 14 era la más conectada de los hijos y la que peor soporto la
prohibición. Hasta el punto de ir a casa de su padre durante 6
semanas para tener ordenador. Y cuando volvía a casa de la madre
pasaba horas y horas en el teléfono fijo (como hacíamos antes
todos).
Susan inició el experimento de forma drástica,
cortando la electricidad completamente; velas, nevera de hielo, ducha
de agua fría, etc. Después de este periodo la reacción de los
hijos fue "la electricidad es genial!".
Posteriormente
la madre se mudó con la hija pequeña de Australia (donde vivían) a
Nueva York, y gracias a Facebook la hija pudo conocer y hacer amistad
con sus compañeras del nuevo instituto antes de llegar allá. Y
ahora internet les sirve para comunicarse con el hijo mayor que sigue
en Australia.
La madre entiende que no es fácil desconectar
una familia durante 6 meses pero anima a inventar el día sin TICs en
casa, no como castigo sino como día excepcional con otro tipo de
actividades.
Y algunos o algunas os preguntaréis si las hijas
y el hijo aceptaron sin protestar; la respuesta, según la madre...
¡les prometió una parte de los beneficios del libro!
Y tú,
¿crees que puede ser interesante invitar a tus hijos a desconectarse
un día a la semana, por ejemplo, y experimentar otro tipo de
actividades? ¿Tienes alguna experiencia al respecto?
(puedes
leer el capítulo 1 del libro "Who we are and whe we pressed pause"
en el PDF de la editorial, aquí).
Afortunado experimento
Buen día.
En verdad el experimento realizado por Susan Maushart, me pareción intersante. En el marco de la hiperconectividad; desconectar a sus hijos, incluída ella y su entorno familiar, es un magnífico ejercicio para el recate de la interacción familiar cara a cara.
Los beneficios sociales y afectivos que trae consigo son invaluables.
Es conveniente por tanto, seguir la recomendación de iniciar en casa, por lo menos un día sin conectividad y así gradualmente hasta encontrar el justo medio.
Felicidades.