Sin
duda alguna, el enorme impacto social, profesional y personal que las nuevas
tecnologías han tenido en nuestras vidas ha hecho posible que adaptemos
nuestros aprendizajes al uso de los dispositivos móviles, para aprovechar todo
su potencial, interacción, inmediatez y manejabilidad. Nuestras vidas están
interconectadas, favoreciendo la proliferación de aprendizajes no formales como
recurso de desarrollo profesional. El modelo flipped learning, flipped classroom, clase invertida o inversa
afecta directamente al modo en el que los estudiantes aprenden y asimilan
contenidos, ya que se produce una “conexión” fuera del aula con el profesor,
quien traslada los contenidos esenciales de una unidad para ser trabajados en
casa, aprovechando especialmente el potencial de los medios audiovisuales
(ubicuidad, motivación, interacción, diversidad…). Sin embargo, también cambia
el modo en el que el profesor “da clase”, pasando a ser un educador profesional
que guía a los alumnos en el aula de un modo más personalizado a través de
distintos métodos, metodologías o planteamientos pedagógicos que apuesten por
un aprendizaje activo, en el que los estudiantes son ahora actores principales.
