Aquí vengo a contarles,
gentes de muy buena fe,
estas enormes hazañas
y romance del ABP.
Es método novedoso,
asaz digno menester;
trabajar en los proyectos
para en la vida crecer.
Otras escuelas añejas
enseñaron abecé
y daban a los mozuelos
dosis grandes de aprender.
Idos son aquellos tiempos
y no vale ya aquel saber,
que muchas cosas hay ahora
para en cabeza meter.
Se estilan más los proyectos,
tareas que son fetén:
aprenden los niños mucho
y los maestros también.
Mirando a su alrededor
se preguntan el porqué ;
los zagales investigan,
discuten a tutiplén,
ahí se agrupan, se ayudan,
y se divierten también.
Preparan un buen producto
y lo enseñan en la red;
así comparten vivencias
y gozan de su quehacer.
Feliz se aprende en clase,
antes, durante y después.
No tengan miedo, maestros,
de aquesto del ABP,
que es una cosa probada,
que ayuda bien a aprender.
Dejen libros y pizarras,
el mundo salgan a ver;
permitan a sus pupilos
trazar sendas a correr.
Hagan caso de este ciego
y su romance del ABP.